Dos de cada diez alumnos en el mundo sufren acoso y violencia escolar, según indicó ayer la Unesco, que advierte de que el hostigamiento verbal es el más típico, pero que también ha aumentado el ejercido a través de internet y las redes sociales. Su estudio calcula que cada año hay 246 millones de niños y adolescentes sometidos a una forma u otra de violencia en el entorno escolar.

El análisis, presentado en Seúl con motivo de un coloquio internacional al respecto, añade que un 34% de niños de entre 11 y 13 años dicen haber sido acosado a lo largo de los meses precedentes al mismo, y que un 8% de ellos dice sufrir acoso diario. La directora general de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Irina Bokova, advirtió de que se trata de "una violación grave del derecho a la educación" y de que los colegios y centros de aprendizaje deben ser lugares seguros para todos.

El informe demuestra que la violencia en la escuela, en ocasiones ejercida por el personal educativo, está provocada por "relaciones de fuerza desiguales a menudo reforzadas por estereotipos ligados al género, la orientación sexual y otros factores que contribuyen a la marginación, como la pobreza, la identidad étnica o el idioma".

Un sondeo sobre el acoso recogido por la Unesco y efectuado en 2016 entre 100.000 jóvenes de 19 países señala que un 25% de los encuestados dijo haber sido acosado por su apariencia física, otro 25% por su género u orientación sexual, y otro 25% por su origen o nacionalidad. Uno de los colectivos más afectados es el de la comunidad LGBT (lesbianas, gay, bisexuales y/o transgénero), entre la que la prevalencia de la violencia es de tres a siete veces superior que entre el resto de alumnos.

En el caso del ciberacoso, en Europa, donde más del 80% de los que tienen entre 5 y 14 años usan teléfonos móviles, la proporción de gente de entre 9 y 16 años que ha sido acosada ha pasado del 8% en 2010 al 12% en 2014, particularmente entre las chicas y los más jóvenes. El organismo afirma que, en general, gran parte de las víctimas no comenta su situación, y que la violencia y el acoso a menudo se mantienen invisible a los ojos de profesores y padres. El acoso, según su informe, afecta a la salud física y al bienestar emocional de la persona, puede provocar heridas mortales, embarazos no deseados o dolencias de transmisión sexual.