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ESPÍRITUS ANIMALES

Elon Musk: Leonardo da Vinci o Gregor MacGregor

Elon Musk, director general de SpaceX, director general de Tesla Motors y presidente de Solar City. E.M.

Puede que Elon Musk sea, como les gusta decir a algunos, el Leonardo da Vinci del siglo XXI. También puede ser que sea la versión de Gregor MacGregor del siglo XXI.

A Leonardo lo conocemos todos. Es la quintaesenencia del hombre renacentista. MacGregor es menos popular, aunque su vida es tan o más apasionante que la de Leonardo. Su mayor hazaña fue convencer a un jefe indio de lo que hoy es Nicaragua, en una noche de borrachera, de que le permitiera irse a Londres en representación de su comunidad, y vender bonos con un 6% de interés para financiar la Colonia de Poyais. Una colonia que, obviamente, sólo existía en el ron de MacGregor y su amigo.

Así que a finales de 1821 Gregor MacGregor se transformó en Su Alteza Gregor, cacique de Poyais, y se plantó en Londres, donde vendió bonos por 600.000 libras (una barbaridad de la época) para financiar la expansión de tan glorioso asentamiento anglófono y protestante en Centroamérica.

Después, se dio a la fuga en Francia. Los colonos que llegaron a Poyais -cuyo nombre real es el mucho menos sugerente desde el punto de vista del marketing de Costa de los Mosquitos - se encontraron pantanos, selvas impenetrables y tribus hostiles.

Como explica la psicóloga Maria Konnikova en su libro 'The Confidence Game' (El juego de la confianza), «la genialidad [de estas personas] yace en descubrir, precisamente, lo que queremos, y en presentarse a sí mismos como el vehículo perfecto para alcanzar esos deseos». Musk, como MacGregor, no vende una idea o un producto. Vende una narrativa, una historia. En su caso, una historia de ciencia-ficción: Tesla, SolarCity, SpaceX, viajes a Marte, cerebros conectados a máquinas, túneles inmensos bajo Los Angeles... De ahí a Poyais no hay mucha distancia. Ambos son un futuro nuevo y prometedor.

Así es como Musk ha logrado que Tesla - la empresa de la que es fundador, presidente, consejero delegado y, con un 27% de los títulos, principal accionisa - haya sobrepasado en valor bursátil a Ford, e igualado a General Motors. Tesla vive de subsidios (mínimo, 7.500 dólares, o sea, 7.000 euros, que le dan en EEUU a cada comprador de uno de sus vehículos), e incumple de forma clamorosa sus objetivos de producción. Pero, sobre todo, pierde dinero a mansalva. Concretamente, 674,9 millones de dólares (634,4 millones de euros) el año pasado. Tesla es como Apple pero al revés: por cada 10 dólares que factura, pierde uno.

Y encima la usa como si fuera su cortijo. En septiembre, Tesla absorbió SolarCity, una empresa de alquiler y venta de paneles solares que estaba al borde de la quiebra y en la que Musk (también fundador y presidente) tenía el 22% del capital. Con la operación, Tesla se cargó con 2.500 millones de dólares de deuda de SolarCity, incluyendo 500 millones que vencían a finales de año y que la empresa no tenía forma humana de pagar.

En teoría, ese auto rescate debería haber hecho que los inversores de Tesla empalaran a Musk. Al contrario. El empresario sudafricano-canadiense-estadounidense siguió siendo la estrella del firmamento de Silicon Valley. Y, del mismo modo que MacGregor se hizo amigo de John Perring, entonces ex alcalde de Londres, para hacer su emisión de bonos, Musk se transformó en embajador de Donald Trump en Silicon Valley. Un movimiento sabio porque, sin subvenciones y contratos públicos, las empresas de Musk no son nada.

Musk ha logrado lo que Leonardo nunca consiguió: desafiar las leyes de la Madre Naturaleza. No con sus productos, sino con su retórica, que se ha convertido en una máquina de prometer más y más y más, y con el precio de las acciones de Telsa, que pulveriza cada día la Ley de la Gravedad.

Es la física del mercado. Como escribía Alexander Potter, de la boutique de la banca de inversión Piper Jaffray, en una nota a sus clientes esta semana, «Tesla parece jugar según sus propias reglas. La empresa quema dinero a un ritmo que haría que empresas mejor asentadas fueran crucificadas». Y a continuación, elevaba el precio objetivo de 228 a 368 dólares. Eso es magia. JP Morgan estima que Tesla va a quemar (para ser una empresa sostenible, a Wall Street le encanta emplear ese verbo con esa empresa) en los primeros seis meses de 2017 todo lo que había previsto para el conjunto del año.

En otra empresa, eso debería ser motivo para cerrar. Esperemos que no acabe como Poyais, y con Musk, en vez de a Francia, yéndose a Marte en un cohete de su otra empresa, SpaceX.

21 Comentarios

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@pitufoo #19 No cotizan directamente en Bolsa pero su matriz de donde sale la pasta si, sin sus matrices habrian desaparecido hace ya tiempo. Los datos cantan Tesla 2015 pierde 888 millones, 2016 pierde 773 millones, Solar city 2015 pierde 55 millones, 2016 pierde 64 millones. SpaceX la pasada perdio 280 millones y que conste que al tener otros inversores detras Space X puede que la acaben haciendo muy rentable. Los inversores invierten con la expectativa de ganar en un futuro, en Espana Terra tambien tenia inversores, el problema es cuando esos objetivos de rentabilidad se alargan en el tiempo o simplemente no se cumplen, en ese momento esos inversores se van de la mesa y la accion se hunde. Digamos que los accionistas estan contentos ya que su accion pasa de 38 dolares a 300, pueden llegar a mirar para otro lado en las ampliaciones de capital, por cierto ya hay otra en marcha..

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Esto no es un sueño de noche de verano, en los coches eléctricos están metidos a día de hoy todas las compañías de coches. Y cuando lleguen a los 1000km de autonomía, que no queda mucho, se sobrepasa el tope psicológico de poder conducir durante todo un día, que es más o menos el tope máximo que puede conducir en un día una persona normal.

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Tienen que surgir telepredicadores para todos los gustos. Hasta para los más refinados...

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@altodos #2 Una cosa es valor bursatil y otra la cuenta de resultados. La accion va de lujo, pero la empresa no gana dinero ni tiene prevision de hacerlo. Si no fuera pq en USA sobra el dinero y los inversores estan dispuestos a creer cualquier cosa mientras la accion sube, Tesla habria quebrado hace mucho tiempo. SpaceX y solar city se encuentran exactamente en la misma situacion, son empresas calentadas al fuego de una burbuja bursatil. Pero operativamente estan quebradas. A mi Tesla me recuerda salvando las diferencia a Terra que llego a valer lo mismo que BBVA. Es increible como una empresa que vende 60.000 coches al ano pueda valer lo mismo que ford que vende 5.300 millones de vehiculos. Burbuja...

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Si está vendiendo humo, habrá que hacer una medición. Puede que no sean eléctricos al 100%.

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Gregor McGregor? Veo que empiezan los malos augurios por parte de empresas afectadas.. suya fue Paypal, con la que ganó muuucho dinero, eso ya debería haber espantado malos pensamientos.. pero no sólo eso, se saca de la manga el primer coche eléctrico con más de 500 km de autonomía, y encima bonito. Crea otro coche muy bonito que va a entrar en producción dentro de poco y al que la industria se ha visto obligada a copiar como concepto para no quedarse atrás. Si eso no es suficiente, se saca una empresa aeroespacial que ha conseguido reutilizar cohetes que ponen en órbita satélites.. nunca hecho hasta ahora ni siquiera por la NASA y eso sin contar con las baterías, paneles solares, hyperloop... y el autor le compara con un estafador.... triste..

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Lo que le pasa a este es que tiene detrás un grupo de gente muy poderosa y hay crédito ilimitado para hacer lo que quiera. Hace unos meses envío un cohete con un satélite que fue saboteado apuntando un haz muy potente de Rayos X a sus baterías... Aunque para la prensa de masas fue una desafortunada explosión sin mas.