El resurgir de Boko Haram: tras meses 'dormido', su capacidad para matar sigue intacta

  • El grupo terrorista ha intensificado su campaña de atentados el mes de junio y comienzos de julio.
  • Desde que Muhamadu Buhari jurase su cargo el 29 de mayo pasado, Boko Haram ha matado en un mes más del doble que en los dos anteriores.
  • Tras la ofensiva que Chad y Nigeria, que permitió recuperar muchas ciudades controladas por los islamistas desde 2014, Boko Haram ha cambiado de táctica para optimizar recursos.
  • Expertos creen que dicha ofensiva no debilitó a Boko Haram, sino que estos optaron por un cambio de estrategia.
  • "La ofensiva contra ellos ha puesto muy poca atención a la amenaza que suponen las células durmientes en las zonas urbanas", señalan.
Imagen del atentado suicida del pasado 22 de junio en Maiduguri, Nigeria.
Imagen del atentado suicida del pasado 22 de junio en Maiduguri, Nigeria.
GTRES
Imagen del atentado suicida del pasado 22 de junio en Maiduguri, Nigeria.

Desde que el presidente de Nigeria, Muhamadu Buhari, jurara su cargo el pasado 29 de mayo, Boko Haram ha intensificado su campaña de atentados en un claro desafío al nuevo mandatario, que el día de su investidura situó al grupo islamista como objetivo número uno de su Gobierno.

En las últimas semanas, Boko Haram ha perpetrado más de una docena de ataques terroristas que han causado alrededor de cuatro centenares de muertos, lo que supone más del doble de muertos que en los dos meses previos.

Los dos ataques a mediados de esta semana en el noroeste de Nigeria, con 150 muertos (más otros 30 este viernes), el doble atentado suicida perpetrado hace dos semanas en Yamena, capital de Chad, que ocasionó 30 muertos y ha sido el primero de este tipo en el vecino de Nigeria, y varios ataques que causaron otros 38 muertos en Níger, ocurridos también hace escasos días, demuestran que la capacidad destructiva de Boko Haram en la región sigue intacta.

Tras la ofensiva que Chad y Nigeria iniciaron en febrero, que permitió recuperar muchas ciudades controladas por los islamistas desde mediados de 2014, "Boko Haram ha vuelto a la táctica de guerrilla urbana, ya que supone un desembolso mínimo de recursos (humanos y materiales)", explicaba recientemente el analista jefe para África de red24, Ryan Cummings.

Sin embargo, Cummings advertía de que controlar territorio era algo muy reciente y novedoso para el grupo yihadista y la reconquista por parte del Ejército nigeriano, aunque un éxito indudable, supone un avance relativo hacia el fin del conflicto, pues se hizo con pocas bajas en el lado yihadista, lo que hace pensar que se trató de una retirada estratégica de los radicales.

Buhari, mejor militar que su antecesor

De esta manera, el conflicto ha retrocedido varios meses y vuelve a estar en el mismo punto en que se encontraba antes de que el grupo comenzara a conquistar ciudades hace ahora un año, por lo que Buhari deberá encontrar nuevas fórmulas para solucionar una situación que el expresidente Goodluck Jonathan no supo cómo afrontar.

"Como antiguo estratega militar, Buhari puede estar en mejor posición que Jonathan para formular una contrainsurgencia más efectiva, aunque si solo contempla una solución militar, estará tratando los síntomas, pero no las causas del conflicto, en especial la marginación que siente el norte respecto al sur", añade Cummings.

La vuelta a los atentados en grandes ciudades, un recurso que Boko Haram nunca dejó de utilizar pero que ha quedado relegado a un segundo plano en los últimos meses, obliga a Nigeria y a sus aliados a centrar parte de sus esfuerzos en la guerrilla urbana, lo que restará recursos para operaciones sobre el terreno.

De hecho, el próximo despliegue de una fuerza regional de 8.700 efectivos a finales de julio, a la que contribuirán tanto Nigeria como Chad, Camerún, Níger y Benín, solo será efectivo si se deja de concebir a Boko Haram como un enemigo aislado al que solo se combate en enfrentamientos directos.

"La estrategia antiterrorista de Nigeria ha fiado todo su éxito a la respuesta directa a los ataques de Boko Haram en el noreste del país, pero ha puesto muy poca atención a la amenaza que suponen las células durmientes en las zonas urbanas", añade el analista de red24.

En un contexto de constantes atentados suicidas cometidos, según todos los indicios, por gente que vive camuflada en la misma población donde se inmola, la única estrategia posible pasa por tener una red de informadores entre los propios ciudadanos que pueda alertar con tiempo a las fuerzas de seguridad.

El problema es que el Ejército nigeriano ha maltratado a la población local con detenciones masivas, palizas y ejecuciones extrajudiciales, cuyas tácticas antiterroristas han causado más de 8.000 muertos desde 2011, según cifras difundidas recientemente por Amnistía Internacional.

"Obtener buena inteligencia depende de que la población civil confíe en las Fuerzas Armadas y sepa que puede filtrar la información sin miedo a represalias", lo cual, en opinión de Cummings, solo sucederá si Buhari reforma el Ejército y actúa de forma decidida contra los culpables de estas atrocidades.

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