Una nueva ley impulsa medidas y garantiza la protección de muchas mujeres

Una nueva ley contra la violencia doméstica aprobada el pasado agosto en la ex República Yugoslava de Macedonia, junto con esfuerzos para promover la Convención de Estambul, dan nuevas esperanzas a las sobrevivientes.

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Suzana*1 solía pensar que la violencia doméstica era “algo que afectaba a todas las mujeres pero sobre lo que todas sentían vergüenza de hablar”. Durante 15 años, esta mujer de 36 años originaria de Skopie, la capital de la ex República Yugoslava de Macedonia2, sufrió maltrato psicológico y emocional constante por parte de su marido, el padre de sus dos hijos pequeños. Finalmente, este maltrato se tornó en violencia física grave.

“Sólo después me di cuenta de que era violencia psicológica y física, que consistía en denigrarme, humillarme, utilizar la fuerza, amenazarme y posteriormente utilizar a los niños para mantenerme bajo control”, explica Suzana.

Denunció su caso al Centro de Trabajo Social y a la policía —las dos instituciones responsables de atender las quejas de violencia doméstica— y la pareja se divorció. Pero su ex marido empezó a acosarla, interceptándola y humillándola. Además de insultarla verbalmente por teléfono y en público, intentó desacreditarla en su lugar de trabajo, poniendo en riesgo su empleo.

“[La policía] dijo que mientras no tuviese contacto físico conmigo no era un problema grave”, afirma. El país no contaba con ninguna ley sistémica sobre violencia doméstica y el acoso no estaba regulado en aquel momento.

En Skopje en 2012, agencias de la ONU, gobiernos y ciudadanas/os de los Estados se unieron para poner fin a la violencia contra las mujeres. Foto: Oficina del PNUD en Skopje

Pero gracias a la creciente labor de promoción de grupos de mujeres, además del apoyo de ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Parlamento de Macedonia aprobó en agosto de 2014 una nueva ley muy innovadora para combatir la violencia doméstica, proteger a las sobrevivientes y endurecer la persecución de los agresores. Esta ley amplía la definición de violencia para incluir la violencia económica y el acoso, e incorpora evaluaciones del riesgo y procedimientos urgentes, como, por ejemplo, expulsar a los agresores de sus casas.

Asimismo, la ley establece un organismo de coordinación nacional e incluye capacitación sobre igualdad de género en el sistema de educación formal y para las y los prestadores de servicios. Como preparación para esta ley, en julio, ONU Mujeres inició la capacitación de prestadoras y prestadores de servicios de la sociedad civil para que a su vez pudiesen actuar como capacitadoras y capacitadores en sus respectivas organizaciones.

La nueva ley también cumple con los compromisos adquiridos por el Gobierno de Macedonia al suscribir la iniciativa NOS COMPROMETEMOS de ONU Mujeres en 2013.

Para fortalecer las instituciones relevantes y el sistema judicial, el Ministerio de Trabajo y Política Social y la Academia para Jueces y Fiscales Públicos de Macedonia ha colaborado con ONU Mujeres y el PNUD durante dos años, desde 2012, en un proyecto subvencionado por el Gobierno de los Países Bajos. Esta colaboración ha desarrollado estándares para servicios de apoyo integrales y evaluado los procedimientos judiciales sobre casos de violencia doméstica desde un punto de vista sensible al género, contribuyendo a diseñar cursos de capacitación especializados para juezas, jueces y fiscales públicos.

Finalmente, Suzana pudo presentar cargos de maltrato y conseguir una orden de alejamiento contra su ex marido. También pudo compartir todo el sufrimiento vivido con juezas, jueces y fiscales públicos, el Ministerio de Trabajo y Política Social, la sociedad civil y miembros del Parlamento en un mensaje de vídeo que se mostró en diversos debates y consultas. De esta manera contribuyó enormemente a que se regulara el acecho dentro de la nueva ley.

“Seguiremos trabajando estrechamente con el gobierno para que se elaboren estatutos adecuados que garanticen la implementación efectiva de leyes sobre violencia doméstica y una mejor protección a las sobrevivientes”, afirma Dominika Stojanoska, Especialista de Género de ONU Mujeres.

Pasos siguientes: la Convención de Estambul

Asimismo, ONU Mujeres ha respaldado los esfuerzos de promoción realizados por la sociedad civil a favor de la ratificación por parte del país del Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica (también conocido como la “Convención de Estambul”). Macedonia ha firmado el convenio pero no estará vinculada legalmente por sus disposiciones hasta que lo haya ratificado.

Un taller regional en Skopje, ARY de Macedonia abordó "La mejora de la protección de sobrevivientes y el enjuiciamiento de autores de la violencia de género y la violencia doméstica." Foto: Oficina del PNUD en Skopje/Sandra Ismanovski

Estos esfuerzos recibieron recientemente un impulso gracias a un taller regional de dos días organizado a fines de septiembre por ONU Mujeres y el PNUD. Este taller sobre “Cómo mejorar la protección de las sobrevivientes y la persecución de los agresores de violencia de género y violencia doméstica” reunió a numerosas y numerosos representantes del Consejo de Europa, gobiernos, parlamentos, oficinas del ámbito judicial y la fiscalía pública, instituciones académicas y organizaciones de la sociedad civil, junto con muchas otras contrapartes del sureste de Europa.

El propósito de este taller regional era aumentar la toma de conciencia y compartir mejores prácticas para los países que han ratificado el convenio, además de los beneficios y los riesgos relacionados. Las y los participantes recomendaron crear un grupo regional de expertas y expertos para supervisar enmiendas de la legislación civil y penal y trabajar para que el país acoja la Convención de Estambul.

El Ministro de Trabajo y Política Social de Macedonia, Dime Spasov, explicó a las y los participantes del taller que poner fin a la violencia contra las mujeres debe ser una de las primeras prioridades de las instituciones nacionales e internacionales y que “todo el mundo, a todos los niveles, debe involucrarse y alzar su voz contra la violencia doméstica”.

1 *Nombre ficticio para proteger su identidad.

2 De ahora en adelante, Macedonia.